Al Encuentro con mi familia
Me gustaría iniciar estas líneas con esta frase:
El agradecimiento es la memoria del corazón.
R.P Juan Bautista Massieu
Y es que a lo largo de mi caminar me he dado cuenta que cuando agradecemos nos encontramos con nosotros mismos y con la abundancia de la vida. Hay mucho porque gradecer, para empezar por quienes tomaron la decisión de unirse en un momento dado y bajo las circunstancias que hayan sido para que a través de ese acto de amor yo llegara a la vida.
Por la fuerza que me impulsó a tomar el primer respiro para seguir adelante y continuar con lo que hasta ahora he hecho, vivir. A Pesar de que estas cosas parecen obvias de alguna manera pasan desapercibidas a lo largo de nuestras vidas, en nosotros habita lo que es el ayer incluso de nuestros padres y sus padres es decir varias generaciones, esta manifestación nos permite mirar con otros ojos situaciones que responden a inquietudes que por largos años estuvieron allí como guardadas pero no olvidadas. Esta mirada responde a un planteamiento sistémico que expone que somos más de lo que creemos ser. En palabras de Marianela Vallejo Valencia.
“Al igual que somos portadores de los rasgos físicos de nuestros padres y que contemos genes que constituyen nuestro cuerpo y que no siempre se manifiestan, es una realidad cada vez más palpable que también somos portadores de la historia de nuestros padres y de nuestros antepasados”.
Así como heredamos el color de los ojos, la piel y el cabello también la personalidad, los sentimientos y las emociones pueden derivarse de historias ancestrales y transmitirse de generación en generación, a esto se le conoce como contenido transgeneracional.
Nacer implica que venimos de alguien, no lo hacemos por generación espontánea. El alma familiar, como la llama Bert Hellinger 2, tiene una entidad propia que, aunque invisible, produce efectos in imaginados en nuestras vidas.
Como mira el enfoque sistémico la familia y su funcionamiento. La familia es un engranaje, tiene sus propias reglas. Quienes la conforman se organizan para hacerla funcionar. En las familias también existen acuerdos entre los miembros, a veces no es consiente ni conocido por todos los miembros pero se cumple.
Concebir la familia como un sistema implica que ella “constituye una unidad integral, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características de sus miembros, es decir la familia no puede ser vista como una suma de individualidades, sino como un conjunto de interacciones”3. El nexo entre los miembros de una familia es tan estrecho que el cambio de uno de sus integrantes provoca modificaciones en los otros en consecuencia en toda la familia.
Visto de otra forma el todo es más que la suma de las partes, veamos que ocurre en la familia cuando hay un enfermo. El síntoma puede verse como un indicador de que algo está ocurriendo en la familia y por tanto el paciente no es el problema sino el medio por donde se están manifestando los problemas que ocurren en el sistema familiar. Esto es considerado un sistema circular y no lineal ya que la causa puede pasar a ser efecto o consecuencia y viceversa.
Funcionabilidad o familias funcionales. Existen numerosos criterios en cuanto al tema, hablaremos de algunos de ellos, por ejemplo:
1. Familias que cumplan sus funciones ( biológicas, económicas, culturales, espirituales)
2. El sistema familiar debe permitir el desarrollo de la identidad personal de sus miembros, tener en cuenta los vínculos familiares que intervienen en la relación autonomía- pertenencia.
3. Se necesita flexibilidad para que la familia funcione, al igual que límites claros.
4. Cada miembro debe conocer el lugar que ocupa en el grupo familiar.
5. El sistema familiar sea capaz de adaptarse a los cambios
Referencias Bibliográficas
Valencia Vallejo, Marianela. Constelaciones Familiares, para liberar la energía del amor y de la vida. Bogotá Colombia 2008
Hellinger, Bert. órdenes del amor. Barcelona; Herder, 2da. Edición en español, 2002.
http://www.bvssld.cu/revista/mgi/vol13_6_97/.mgil3697.htm Herrera Santil, Patricia María
